La exposición ‘Tiempo de ensoñación. Andalucía en el imaginario de Fortuny’ reúne, desde este miércoles y hasta el 26 de marzo de 2007, más de 200 obras pictóricas que realizó Mariano Fortuny (1838-1874) durante su estancia en Granada. Organizada por el Patronato de la Alhambra y Generalife, la Obra Social “la Caixa” y el Museu Nacional d’art de Catalunya, estas obras vuelven por primera vez a la fortaleza nazarí desde 1872 en conmemoración de los más de 140 años del viaje del pintor de Reus (Tarragona) a Granada, donde se estableció cerca de dos años.
Reconstruyen la fascinación que el artista sintió por el mundo oriental tras su estancia en la fortaleza nazarí en una muestra, comisariada por el conservador de dibujos y grabados del MNAC, Francesc Quilez, que ha inaugurado en el Museo de Bellas Artes de Granada, en el recinto alhambreño, la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, junto con el alcalde de la ciudad, Francisco Cuenca.
La mayor parte de la exposición está compuesta por dibujos y bocetos conservados en el MNAC, trabajos realizados por Mariano Fortuny durante su estancia granadina, entre 1870 y 1872.
Una docena de instituciones de prestigio nacional –como Biblioteca Nacional, Museo del Prado, Museos de Bellas Artes de Granada y Bilbao y Museo del Traje– e internacionales –entre las que se encuentran Museo del Louvre, Museo de Orsay y Palacio Fortuny de Venecia– y un importante número de coleccionistas privados han cedido obras para esta exposición, que surge durante una colaboración del gabinete de dibujos del MNAC para la exposición ‘Ángel Barrios. Creatividad en la Alhambra’, comisariada por el actual director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, también presente en la inauguración de la exposición junto con la directora general adjunta de la Fundación “la Caixa”, Elisa Durán, que ha resaltado que la muestra tiene prevista su itinerancia a los CaixaForum de Zaragoza y Sevilla.
Fortuny llega a Andalucía con la idea de buscar un espacio y un tiempo para la redefinición de su propia pintura, protagonizada hasta entonces por temáticas costumbristas, denominadas de casacón, y que le habían reportado una gran fama, pero de las que el artista de Reus empezaba a renegar. Granada representa para Fortuny una “inspiración orientalista” donde encuentra los escenarios para la renovación de su pintura, el contexto que le ayuda a reiniciar su andadura creativa. A partir de este momento, su obra contiene referencias a la ciudad, sus paisajes y recorridos urbanos protagonizados por curiosos personajes de la época.
Dispuestas en siete ámbitos temáticos, como ha explicado Francesc Quilez, se pueden ver por primera vez juntas pinturas como ‘Ayuntamiento viejo de Granada’ o ‘Paisaje de Granada’ que conforman la obra gráfica expuesta con otras como ‘La matanza de los abencerrajes’, ‘Tribunal de la Alhambra’, ‘Carmen Bastián’, ‘Almuerzo en la Alhambra’ o ‘Músicos árabes’ en una muestra que “nos acerca a su procedimiento de trabajo concienzudo, reflexivo, analítico” y de una calidad en la factura “fuera de toda duda”.
Durante su estancia granadina nació su hijo Mariano, que heredó la pasión por la creación artística, cuyo bautizo se celebró en la Alhambra, como muestra la foto de toda la familia Fortuny-Madrazo delante de la fachada del Palacio de Comares, cedida por el Museo del Prado.
En Granada recibió la visita de gran número de artistas y amigos de su círculo como los Madrazo, Martín Rico o Moragas, pero también artistas europeos como Regnault o Benjamin Constant y a todos ellos les transmitió su interés por el orientalismo que representaba la Alhambra como etapa tardía del Grand Tour.
FUENTE: La Vanguardia (Ed. Digital)